10 de mayo de 2011

Quince...

Mira, si te pones a pensar, el número quince
no es cualquier número. Aquella cantidad exacta
es el número de veces que te hice y te deshice
hasta que te volvieras la figura más abstacta.
Quince besos fueron esos primeros que nos dimos
hasta que acabamos sobre el otro en tu habitación
a oscuras, quince veces fueron las que nos bebimos
cuando nuestro amor empezó como una gran función
¿Quince, recuerdas? Nos hicieron falta quince abrazos
Para que nuestros cuerpos encontraran un destino
Aquella vez me reflejé al fin en esos ojazos
y me perdí para siempre en su verde cristalino.
Quince días, y yo no puedo dejar de pensarte
incluso ahora mismo siento que te necesito.
Quience eternidades no bastarían para amarte
ni para reducir mi deseo tan infinito...

No hay comentarios:

Publicar un comentario