23 de mayo de 2011

El tren (reflexiones)

Tras una charla sobre sentimientos, recuerdo aquél oscuro día soleado, donde descubrí tu figura por primera vez, en el vestido de girasoles y geranios que contrastaban perfectamente con el verde del pasto. Y me dices que el tren tras que se interpuso entre lo que se decían nuestras sonrisas realmente no existió; que ese era un campo abandonado donde el último tren que pasó llevaba consigo a Zapata y que todo fue una ilusión de mi mente por que no estaba listo para amarte.
Ahora mismo, que me invitas a tu boda me doy cuenta de que ya es demasiado tarde, que quizás todo fue una ilusión, porque pese a todo, los sentimientos siempre son mucho más fuertes que la razón y, si es necesario, tendré que pensar en formas alternativas a la vida para poder estar junto a ti. El tiempo siempre pasa y se apodera de todo, el tiempo es un fino velo que cubre las cosas y las deja como no disponibles para que te arrepientas y aprendas a decidir en el momento adecuado. Por que las oportunidades pasan en sus raíles, rápidas y nunca las vuelves a ver. El tiempo es el cruel amigo que de la forma más ruda intenta que te des cuenta de que hiciste mal y que la herida sigue abierta; que pese a todo, ese tren se llevó los últimos momentos de mi vida y traía consigo lo que pensaba era el momento perfecto para amarte.
Pero el tren era el tiempo. Y ahora mismo, noto como a la altura del corazón mi camisa se pone roja y tú solo me sonríes y me dices que no existes, pero que todo dolor viene con un buen recuerdo para amenizar la espera a la desesperación, entonces caigo en cuenta de que no todo es en vano, que si corrí al campo y estoy del lado de los girasoles y de los geranios es por algo. Es por que ahora espero el tren en su destino; espero que el tiempo vuelva a pasar y me traiga consigo a la vida que perdí.
Y el tren pasa.
Pero tú figura desvanece del otro lado.
***
Y pienso, pienso para que la herida no duela tanto mientras cierra. El mundo es grande y los trenes, necesarios. Para recuperarme me alimento de la esperanza de que en el camino de otro tren hay otro campo de girasoles y geranios, donde encontraré el destino que me espera. Sólo así pude haber madurado, dándome cuenta de que aunque el tiempo pase y las oportunidades con él, para las cosas que necesitas siempre hay una segunda oportunidad, si no, éste campo no tendría geranios y los girasoles no me estarían viendo.
Descubro aquella sonrisa, hablándome en medio del todo. "Corre". Me suspira el viento y yo corro siguiendo las vías del tren. Corro tras mi destino y las oportunidades que dejé atrás. Y el campo sigue, se acerca a la costa y los geranios y los girasoles aparecen y desaparecen, pero el campo y las vías del tren siempre están ahí.

Gracias por haberme mostrado la esperanza

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