23 de agosto de 2011

No quiero cerrar los ojos y no verte.


¿Es tu cuerpo el que me visita?
¿O es el mío el que delira?
Llama a la noche, que se acerque;
que preste atención a mi ilusión.
Guarda tu silencio en mi ruido,
no quiero cerrar los ojos y no verte.

Tu cuerpo se siente tan certero,
que no quiero sentir el mío y no sentirme
volando entre nubes, nadando en el polvo,
la oscuridad que te ilumina entre los senos.
Muérdeme y mastica mi sangre,
siente el algodón que me conforma, 
y los sueños que me deliran.
Siente mi triste carne; polvo y nubes, 
sabor a noche, a sueño y a poeta.
Pero no me hables, no.
Que el sueño que se sabe sueño,
es siempre la realidad más lúcida y certera.

Fija tus ojos en los míos,
no dejes que la Luna muestre
sólo media sombra, media vida;
seamos mejor el sueño completo.
Quien vive es vida,
quien delira es vida,
sólo el insano es cuerdo.

Seamos música y silencio,
ritmo y melodía.
No dejes de tocarme,
no dejes de besarme.
Música ilusoria y vacía.
Pero no intentes hablarme, no.
Que no recuerdo tu voz,
no recuerdo tu rostro,
no recuerdo más que el calor,
del último abrazo.

Y yo no quiero cerrar los ojos y no verte,
no quiero abrirlos y volverte a quitar la vida.

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