20 de agosto de 2011

El bosque [Es que amor...]


Amor, no es que no te quiera.
Es que amor, estoy cansado de quererte.
Te llevaste mi vida, mi carne, mis luces,
mi sentir, mi deseo y mi vida,
Sabiendo que no volvería a verte.
Y te busqué entre los olmos,
encontré compañía con el viudo lobo solitario,
lloré con el sauce llorón,
pues mi fatídica risa
avergonzaba a las hienas
y el poeta encontró mi canto
demasiado desdichado.

Pero tú nunca apareciste,
te busqué entre los abedules,
lloré con ellos cuando caían
las hojas de su triste otoño,
pero mis lágrimas ya no te invocaron.
Es que amor, yo te quería,
amaba las ansias de quererte.
Pasó la noche, la luna, las estrellas,
la noche, la soledad, tu recuerdo.
Viví la compañía de la noche y tu ausencia.
Pero mi canto era desolado hasta para el lobo.

Estoy perdido en mí mismo
y no quiero abrir los ojos,
pues el funesto bosque
ya no se extiende hacia los lados,
echó raíces en mi corazón
y crece desmesurado hacia adentro.
Amor, no es que me hayas abandonado,
es que amor, no te despediste en tu partida,
te fuiste cuando mis lágrimas
rodaron por tu tierna espalda
y el viento frío te caló en los huesos.
Pero no quiero abrir los ojos,
la soledad se mide en tristeza,
en osucirdad, en ausencia de compañía,
en recuerdos y en tristeza
y no quiero seguir los caramelos de luz
que dejaste en tu paso por el bosque.
Amor, no es que no quiera que regreses,
es que amor, estoy cansado de quererte.

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